Diseñar productos aptos para una economía circular permite que nuestra ropa se use más, se haga para volver a hacerse y se fabrique con insumos seguros y reciclados o renovables.
Los modelos de negocio circulares desvinculan los ingresos de la producción de ropa nueva y ofrecen la oportunidad de mantener los productos en uso.
La infraestructura debe funcionar como una red diversa y altamente conectada entre todos los actores del sistema de la moda, para mantener los productos y materiales en su máximo valor.